9.9.07

Conceptos, estrategias y hegemonía

“Las definiciones de enfermedad y demencia, y la clasificación de las demencias, fueron realizadas de modo tal de excluir de nuestra sociedad a ciertas personas...Nadie es más conservador que aquellas personas que afirman que el mundo moderno está afectado por la ansiedad nerviosa o la esquizofrenia. De hecho, es un modo astuto de excluir a ciertas personas o ciertos patrones de comportamiento...Pero en caso de que me presionaran, diría que nuestra sociedad ha estado aquejada por una enfermedad, una enfermedad muy paradójica y extraña, para la cuál aun no hemos encontrado un nombre; y esta enfermedad mental tiene un síntoma muy curioso, y es que el síntoma mismo produjo la enfermedad mental”. Michel Foucault.
Reconocer la historicidad de los objetos, conceptos y categorías que utilizamos es necesario para transformaciones que son tanto materiales como simbólicas. Sin embargo puede ocurrir que una modernización conceptual pierda potencia cuando va desligada de las condiciones de viabilidad y de las estrategias que modifiquen las relaciones de poder, y en este caso específicamente en lo técnico, administrativo, político e ideológico. Así parece ocurrir con los proyectos actuales que en materia jurídico-sanitaria asumen buena parte de los replanteos surgidos en contextos críticos, pero que paradógicamente debieran ser aplicados por actores sociales y político técnicos -jueces, directivos y funcionarios- formados y afincados en intereses comprometidos con el orden dominante de las cosas.
Esta contradicción se ha planteado reiteradamente en el problema de los derechos reproductivos como también respecto de la desmanicomialización y desinstitucionalización. Y si bien se apela al recurso de un posible conflicto de derechos, otras veces la evidente manipulación electoral, o de intereses corporativos privados, produce un rechazo que se lleva consigo las legítimas demandas.
La prevención crítica en salud es un analizador de los procesos de dominación y sujeción e instrumento de elucidación y praxis. Asume la dimensión de poder presente en el lenguaje y las nominaciones, tanto por el quién o quienes se apropian de los significantes, como por el sentido hegemónico o contrahegemónico que asumen y el acento ideológico que portan, reconociendo así la lucha continua por el sentido.